¿CÓMO LIDIAR CON PENSAMIENTOS NEGATIVOS?

WhatsApp-Image-2020-06-11-at-2.22.06-PM-1-1024x682.jpeg

¡Hola compañer@s de viaje!

Aquí Yaniv Shanti, director de El Despertador – Escuela de Felicidad. Hoy voy a compartirles un tema interesantísimo que es cómo lidiar con los pensamientos negativos.

Antes de entrar en el cómo, quiero contarles la intención de la Escuela de Felicidad. Queremos compartir el mensaje de que la felicidad no está en las circunstancias externas de la vida, no está en lo que uno tenga, haga, logre, en cómo uno se vea, sino en cómo uno se siente momento a momento y eso ocurre dentro nuestro. Por eso la felicidad no la buscamos fuera, la despertamos dentro!

Hay muchas expresiones diferentes de felicidad que podemos dividir entre 2 categorías: las condicionales y las incondicionales… la mayoría de nosotros crecemos educados para perseguir la felicidad condicional. Esa que depende de circunstancias externas, de condiciones, de requisitos. Un gran cuentazo, porque ninguna circunstancia, por más bella que parezca, es garantía de cómo nos vamos a sentir viviéndola. Este tipo de felicidad está alimentado de creencias tipo: “cuando logre aquello y sea aceptado y reconocido, voy a estar bien y seré feliz” y eso es un cuento, un condicionamiento, una programación. Puede que al final, incluso pasemos toda la vida dándole y dándole y no lleguemos a cumplir esas circunstancias y habremos desperdiciado los regalos del presente, por andar como el burro, detrás de las zanahorias, que son promesas aprendidas de felicidad condicional.

La felicidad es una práctica diaria y de un día a la vez, no es la finalidad de una hermosa vida, sino su principio. Por eso decimos que no se trata de tener una hermosa vida para ser feliz, sino de ser feliz para tener una hermosa vida. Ésta es la felicidad incondicional, la que nace de uno, la que va de adentro para afuera. La que no depende de nada más que de mi propia actitud, ánimo y voluntad. Esas capacidades para experimentar felicidad, que cuando las decido despertar y tener presentes en mi, me permiten percibir y relacionarme mejor con el mundo y las vueltas de la vida.

La felicidad auténtica es nuestra, no depende de factores externos porque si así lo fuera, estaríamos jodidos.

Más ahora, en tiempos como los que estamos, en que las circunstancias de repente se nos desacomodaron y esa ilusión de control, estabilidad y seguridad, que todos quisiéramos tener, se nos ha movido… cambios de circunstancias que generan incertidumbre y con ella, preocupación inseguridad y ansiedad. Ahora más que nunca, es momento de darle vuelta a este asunto y recordar que la felicidad no está en las circunstancias externas, sino en cómo nos relacionamos con ellas. Estos tiempos pueden ser una plataforma de crecimiento o un hueco en donde caer y la diferencia está 100% en nosotros.

¿Cómo lidiar con esos pensamientos negativos?

¿Qué hacer con toda esa pensadera hedionda? Con esos pensamientos oscuros que disparan un montón de emociones (que si solo se quedaran en la mente bueno, todavía, pero el pensamiento dispara las emociones y esa pensadera, de posibles escenarios fatalistas y horribles, disparan miedo, ansiedad, irritabilidad, depresión, desesperanza. La desesperanza es una de las cosas más tristes que hay.

Hoy quiero dejarles unas cuantas herramientas para que puedan llevarse y seguir usando ustedes a diario.

Lo primero que quiero decirles de los pensamientos negativos, es que hay que hacer las paces con ellos. Hay que aceptarlos. Osea, ojo los tiempos en los que estamos, cómo no pensar en cosas duras si son tiempos en que están pasando cosas duras. Sería raro que no tuviéramos pensamientos negativos o fuertes. Habría que estar demasiado desconectado para no sentir dolor y compasión por todo ese montón de gente que la está pasando malísimo, cerca nuestro y en todo el mundo. A todos de alguna u otra forma nos afecta y obvio que van a surgir pensamientos incertidumbre que nos pueden hacer sentir miedo y ansiedad, raro si no.

Hay que aceptar que estamos en tiempos en que los pensamientos así surgen. Lo primero es la aceptación, otra forma de decir hacer las paces.

Lo segundo es que hay que prestar atención con lo que nutrimos nuestra mente. Los pensamientos se nutren de la información que consumimos a diario. Si estamos viendo muchas noticias o información negativa, esta información va a nutrir nuestra mente y esos son los pensamientos que la mente nos va a proporcionar. Los pensamientos son un reflejo de aquello con lo que alimentamos nuestra mente.

Hay una gran diferencia entre la mente y los pensamientos. Si no somos conscientes, los pensamientos mandan el show, tienen la batuta y nosotros nos volvemos víctimas de ellos. Tenemos un pensamiento de miedo y de repente pum se nos dispara la ansiedad, la tristeza, la desesperanza, todo este montón de cosas. Puedo ser víctima de estos pensamientos fatalistas o puedo elegir alimentar un pensamiento positivo. ¿Cómo se alimenta? Prestandoles atención y dedicándoles tiempo. Elegí dedicar 10 minutos diarios a pensar cómo resolver, a pensar en soluciones. En vez de dedicar tiempo a estar ahuevado por un problema, dedica tiempo a fantasear acerca de la solución. Nutrir la mente investigando historias inspiradoras, de cómo gente ha llegado a soluciones que tiene que ver con mi ‘problema’ o lo que estoy viviendo. Todo se alimenta de nuestra atención. La diferencia es que los pensamientos negativos se alimentan sin darnos cuenta porque consumimos demasiada negatividad a diario y los positivos hay que alimentarlos a conscientemente, a voluntad.

Es posible dedicar tiempo a prestar atención (que es nuestra máxima herramienta) para alimentar positiva y constructivamente la mente, para poder en consecuencia, tener pensamientos positivos. Al final los pensamientos son un reflejo de cómo uno alimenta la mente. Acerca de los pensamientos, a mi me gusta usar varias metáforas muy románticas:

“Los pensamientos son como gases”

El gas se crea en el estómago y sobre eso uno no tiene ningún control. Lo único sobre lo que si se tiene control es sobre lo que se puede hacer con el eructo, de la boca para afuera. Unos podrán taparse la boca, otros se lo tragarán, otros podrán soltarse con un eructo gigantesco y sonoro, hasta habrá gente que pueda recitar el abecedario… No tenemos el poder de decidir cuando surge un eructo pero si podemos elegir que hacer con el. Con el pensamiento es igual, no tenemos el control sobre su surgimiento, pero si podemos elegir qué hacer con ellos.

“Los pensamientos hay que verlos como nubes y a nuestra mente como el cielo.”

Cuando vemos un pensamiento y nos damos cuenta que estamos dándole vueltas en nuestra mente, podemos hacer como un ‘zoom out’ y verlo como una nube pasajera en el firmamento. Lo primero es separarnos del pensamiento y verlo por lo que es, una creación que está pasando por ahí. Lo segundo es que así como lo vemos venir, podemos verlo seguir, no quedarnos pegados en él

Aquí otros ejemplos de cómo visualizar los pensamientos:

“Los pensamientos como los vagones de un tren en curso”

”Los pensamientos como hojas navegando por un riachuelo”

“Los pensamientos como huéspedes y nosotros los anfitriones”

En el momento en el que yo observo mi pensamiento, ocurre automáticamente una separación entre el observador y el objeto de observación. Esa distancia entre los dos, me da suficiente chance para elegir cómo voy a responder a ese pensamiento. Se crea automáticamente una ventana de oportunidad que me da la posibilidad de elegir responder en ves de reaccionar.

TIPS PARA UTILIZAR EN EL MOMENTO PRECISO DE LA PENSADERA

Para poder responder en vez de reaccionar. El comportamiento reactivo es el piloto automático en el que uno es víctima del pensamiento. La idea de ser conscientes es dejar de actuar reactivamente y más bien actuar responsablemente. Decidir cómo responder a los pensamientos, en vez de dejarnos llevar por ellos.

Aquí lo más útil y práctico es tener un protocolo de respuesta. No esperar a que llegue el momento de verme tomado por un pensamiento negativo, para empezar a ver qué hago para salir de el. Lo más fácil es redirigir mi atención a una imagen o pensamiento preestablecido, cada vez que me agarro pensando negativamente.

De esta forma, si podemos utilizar un pensamiento negativo como una señal o recordatorio para dirigir nuestra atención a algo positivo y constructivo, de repente, ese pensamiento negativo recurrente, puede convertirse en una bendición.

Aquí van unos ejemplos de diferentes opciones de protocolo de respuesta:

Conectar con la gratitud, llevar la atención inmediatamente a alguna persona, cosa o situación por la que se siente uno agradecido.
Hacer visualizaciones de nuestro lugar ideal de descanso para conectar con la sensación que nos transmite.
Tener alguna imagen escogida, que puede ser chistosa, enternecedora, empoderadora, que favorezca una emoción positiva.
Mantras u oraciones preestablecidas.
Tener elegida una canción, que tenga un significado especial para mi.
Tener una intención, algo importante que queramos recordar y tener presente.
Un rezo, plegaria o bendición. Una manera de mandar buena vibra o amor a alguien que sintamos en el momento.
La idea con estas maneras de redirigir los pensamientos negativos, es que entendiendo cómo funciona nuestra mente logremos aprender a utilizarla como un máximo recurso en vez de ser víctimas de ella.

Hay un dicho que dice que la mente es un terrible amo, pero un magnífico servidor. Cuando no somos conscientes ni observantes de nuestros pensamientos, somos afectados por ellos. Cuando les ponemos atención, hacemos zoom out y observamos lo que estamos pensando, podemos elegir si seguir alimentando ese pensamiento o sustituirlo por otro mejor.

No solo es posible, también probable!

Cualquier comentario que tengás, podés escribirme por redes sociales o a hola@eldespertador.cr

¡Nos leemos pronto!

Zarpe Diem

Yaniv Shanti

Anterior
Anterior

¿QUÉ ES LA FELICIDAD?

Siguiente
Siguiente

FELICIDAD EN LAS BUENAS Y EN LAS DURAS