FELICIDAD EN LAS BUENAS Y EN LAS DURAS
Les confieso que me costó un poquito tomar la decisión de hablar de felicidad en estos tiempos. Sobre todo en medio de la cuarentena, se siente un poco raro hablar del tema, cuando tanta gente la está pasando tan mal. Pero después de darle vueltas y vueltas al asunto realmente me di cuenta que no hay mejor momento que ahora para hablar de felicidad.
Quiero explicarles por qué…
Un buen momento para hablar de felicidad
Para los que no me conocen mi nombre es Shanti y soy el director de El Despertador, Escuela de Felicidad. He dedicado casi que toda mi vida a buscar la felicidad… a tratar de entenderla, ponerla en práctica, para poder, no solo disfrutarla, sino compartirla en forma de entendimiento, herramientas e inspiración.
Con 25 años de estar enseñando técnicas de crecimiento personal, meditación, bienestar, hoy día me dedico a compartir lo que he ido aprendiendo sobre la felicidad, el tema central de mi trabajo y de mis amores.
Si hay una cosa en la que absolutamente todos nos podemos poner de acuerdo, es que todos quisiéramos ser felices. Si nos ponemos a pensar, ser felices es un común denominador de toda la humanidad, pero hay tantas opiniones, posturas y creencias diferentes al respecto que el panorama se puede poner confuso.
Si estar bien y vivir felices, es la esencia detrás de nuestras decisiones y elecciones de vida, tener claridad sobre que es felicidad, debería ser una prioridad! Y más aún en estos momentos, cuando nos vemos enfrentados a tomar nuevas decisiones, para navegar en estos nuevos tiempos de cambio.
Para un mejor entendimiento, al hablar de felicidad, podemos hablar de dos categorías:
FELICIDAD CONDICIONAL
FELICIDAD INCONDICIONAL
Es súper importante entender la diferencia porque la mayoría de la humanidad ha sido educada para ir tras la felicidad condicional, que es aquella que depende de ‘condiciones y requisitos’.
La felicidad condicional está basada en tener, hacer, conquistar, lograr, verse de cierta manera, ser reconocido, aceptado y todo lo que tiene que ver de circunstancias externas a nosotros.
Aprendimos a creer que si tenemos esas circunstancias ideales externas, vamos a ser felices adentro. Desgraciadamente no es cierto, no hay ninguna circunstancia externa, por más hermosa que sea, que garantice de que yo me voy a sentir feliz viviéndola.
La felicidad es un sentir y el sentir ocurre adentro. Es cómo me siento momento a momento lo que determina si estoy feliz o no. No si tengo esto o aquello.
Es difícil no caer en la felicidad condicional porque la sociedad y la cultura apunta directo ahí. Inclusive en plataformas sociales como IG y FB en las que personas publican sus logros, aún con toda la buena intención, viviendo sus circunstancias ideales (la super comida, la super vacación, la super fiesta, el súper éxito) sin proponérselo, están alimentando la idea errónea de que todas estas circunstancias son la felicidad.
En estos tiempos de cuarentena, en estas épocas de cambio forzado donde las circunstancias nos cambiaron tan radicalmente y para la mayoría, no son como quisiéramos, si seguimos guindados de esa idea de felicidad condicional, amigos y amigas… estamos jodidos.
La buena noticia es que hay otro tipo de felicidad que no depende de condiciones ni de requisitos, una que es auténtica y soberana, la que personalmente considero como la verdadera: la felicidad INCONDICIONAL. Si la felicidad condicional es de afuera hacia adentro, la felicidad incondicional es la que viene de adentro hacia afuera. Trata más de redescubrir todo lo bueno y hermoso en nosotros, para traerlo afuera, a nuestra experiencia y así transformarla en una mejor, para nosotros y para todos con quienes la compartimos.
Músculos emocionales.
A veces por falta de uso, a uno se le puede olvidar que tiene esa capacidad de sentir tantas cosas maravillosas. Nuestro trabajo en este camino de felicidad incondicional, es de ejercitar esos músculos emocionales positivos y tenerlos en forma para con ellos caminar por la vida. Contamos con todos los recursos internos, que bien despiertos y bien nutridos, nos proporcionan todo lo necesario para vivir la experiencia de vida que nuestro corazón anhela.
Se dice que nuestra experiencia es un 10% lo que pasa y un 90%, nuestra percepción de lo que pasa, nuestra interpretación de lo que pasa. Podremos no tener el control sobre lo que nos esté pasando, pero definitivamente, si podemos afectar positivamente la forma en que nos relacionamos con lo que pasa. Eso esta en nosotros.
Las mismas circunstancias, que estamos viviendo todos como colectivo, tienen el potencial, para hacer de este momento, una plataforma de crecimiento y de cambio maravilloso o para cavar un hueco para caer y echarse tierra encima… el mismo potencial. La diferencia la hace UNO, escogiendo conscientemente en donde nos vamos a enfocar.
Aquí entra el tema recurrente de mi trabajo, recordar una y otra vez, la importancia de utilizar nuestra primera y más poderosa herramienta para cultivar esa felicidad incondicional: TU ATENCIÓN.
Nuestra atención es nuestra máxima herramienta.
Todo aquello a lo que le pongamos nuestra atención, le abrimos una puerta hacia adentro y dejamos entrar la energía, con la que viene cargado, todo a lo que le ponemos atención. Si yo tuviera que resumir en una frase, en un consejo, todo lo que he aprendido en este camino de búsqueda y enseñanza de felicidad sería:
“Pongamos atención en dónde ponemos nuestra atención.”
Mi consejo:
En estos días en donde las noticias negativas abundan, OJO con todas las habladas negativas, destructivas, teorías de conspiración, las habladas horribles de todo lo que la gente está ‘haciendo mal. OJO con el chisme, acompañado por drama e intriga. OJO con las películas con las que nos vamos a entretener estos días, toda la información que le metamos a nuestra cabeza va cargando nuestro día ya sea positivamente o negativamente.
Cómo alimentamos nuestro cuerpo es lo más obvio. Si lo alimentamos bien, el cuerpo responde bien. Funciona exactamente igual con la forma en que alimentamos nuestra mente y nuestras emociones, con la información que le metemos a nuestro cerebro, vía lectura, televisión, internet, las conversaciones y eventos que vivimos cada día.
En estos días cargados de momentos fuertes y para muchos, muy duros, hay mucho que podemos hacer. Empecemos por meterle a nuestro día, lo que yo llamo, “virus luminosos”, pequeños momentos para poner atención a información positiva y constructiva. Toda información se alimenta de atención y cuando la enfocamos e invertimos en cosas buenas, estas nos invaden. Así como la información que consumimos nos puede llenar de miedo y su consecuente ansiedad, también podemos consumir aquella información, que nos inspire y llene de optimismo.
Yo celebro realmente el hecho de que hay muchísimas formas para ayudarnos a estar mejor y mi compromiso es estar compartiendo las buenas técnicas con ustedes.
LA TÉCNICA DE RITUALIZAR
Puede ser un ritual mañanero, darse un tiempo para iniciar el día con prácticas, muy al estilo de una rutina diaria. Esta primera hora o 2 horas de la mañana, prácticamente definen el resto de nuestro día y su calidad. Por lo menos en ese primer rato del día, procuremos nutrirnos sólo positivamente. Evitá a toda costa leer noticias y meterte a redes sociales en las primeras 2 horas de la mañana.
Si podés hacer tu ejercicio, tu meditación, tu lectura inspiradora, tu visualización del día, afirmaciones positivas o cualquiera de esas cosas buenas, que querés en tu estilo de vida, es genial incluirlas en estas primeras 2 horas del día. Es increíble cómo el cerebro va haciendo conexiones a partir de la primera información que recibe en la mañana.
Cuando uno lee noticias, cosas dramáticas o negativas, el resto del día uno queda inconscientemente haciendo conexiones y conexiones, entonces… (y ojo, no es que yo sea un puritano y les aconseje dejar de ver todo lo que tiene que ver con drama y violencia y sexo) simplemente creo en balancear la dieta.
Así como no comería comida rápida todos los días, no tiene nada de malo echarse uno que otro pecadito en la semana, es igual con esto. Que la regla sea la positiva y constructiva y la excepción sea el placer culposo y no al revés.
Empiecen por buscar información inspiradora para arrancar su mañana con algo edificante, constructivo y les aseguro una enorme diferencia en el resto de su día.
Lo último que quiero compartirles es que una de las campañas que estaré moviendo en redes sociales, es para proponerles tomar los días miércoles, para que tengan un día a la semana de SOLO GOOD, de solo buena vibra.
En Estados Unidos empezó un movimiento que se llamaba #meatless mondays, que se trata de no comer carne los lunes y ha tenido un efecto muy interesante. Por un lado si muchas personas dejan de comer carne un día de la semana es un montón menos de carne consumida y hace una diferencia importante, pero lo más interesante es el cambio que provoca en la gente, al tener la oportunidad de experimentar tener un día sin carne y darse cuenta de lo bien que se siente, haciendo que muchísima gente le está apostando, cada vez más a una alimentación más sana y natural.
Yo lo que quiero es apostarle a tener un día de la semana para hacer ayuno de noticias negativas, ayuno de información negativa. Tener un día a la semana en el que procuremos realmente nutrir nuestra mente, emociones, cuerpo y alma con material positivo, constructivo e inspirador, un día de SOLO GOOD! ¿Para qué? Para que vean lo maravilloso que se siente y se queden con ganas de más!
Pero no les voy a decir cómo se van a sentir, porque les estaría pidiendo que me crean, y esa no es mi intención. Yo no quiero que me crean absolutamente nada, yo quiero que experimenten y que prueben. Al final, la felicidad no es para ser creída, es para ser experimentada.
Estos no son tiempos para sobrevivir, son tiempos para florecer!
Si tenés algún tema en específico alrededor de la felicidad y el bienestar que te gustaría que compartiera, te invito a dejarnos un comentario o también a seguir a @eldespertadorcr en Instagram y Facebook y que nos enviés un mensaje privado con tu tema de interés.